El tiempo es una experiencia individual y por tanto subjetiva. Si bien inventamos el reloj para medirlo y unificar su medida, convendrás conmigo que es una variable sujeta a las circunstancias. No pasa nunca en la sala de espera, pero se vuela en las vacaciones.
Sabemos que el tiempo es finito para cada uno de nosotros, sin embargo, lo que lo define es cómo lo vivimos. En los procesos de asistencia técnica y apoyo a la innovación, la relatividad con la que cada sujeto participante vivencia el tiempo, debería ser una de las principales variables para pensar sus diseños. No obstante, la mayoría de las veces se lo concibe desde el reloj, y no desde el valor relativo para cada actor.
Créditos: https://redextensionrural.blogspot.com/2022/06/el-tiempo-como-variable-critica-en-los.html
Si trabajas para el desarrollo de los potenciales de una comunidad, los diferentes niveles de vulnerabilidades de los sujetos participantes deberán estar considerados. Cuando hablamos de vulnerabilidad nos referimos a la cualidad de SER vulnerable (susceptible de ser lastimado o herido ya sea física o moralmente). El concepto puede aplicarse a una persona o a un grupo social según su capacidad para prevenir, resistir y sobreponerse de un impacto. Y aunque muchas veces no lo consideramos, la forma en que operamos con “El tiempo” en nuestros diseños, puede ser un indicador de situaciones de vulnerabilidad.
Todo proceso de intervención se desarrolla en un espacio y tiempo determinado. El primero de los componentes el espacio puede resultar más fácil de definir por su propia naturaleza objetiva, lo podemos ubicar, lo podemos delimitar. Es el campo, es el aula, es el salón de reuniones, es la video conferencia, es el taller, etc.
El segundo de los componentes el tiempo es el que nos preocupa aquí por su naturaleza centralmente subjetiva. Como ejemplificamos al inicio su dimensión perceptiva (cómo se lo vive), es más potente que su dimensión cuantitativa (minutos, horas, días, etc.) para el efecto buscado.
Poner el foco de atención en esta diferenciación, puede ser la clave para un diseño inclusivo de la variable tiempo en nuestros trabajos.
Trabajar el desarrollo implica intervenir en un “proceso psicosocial” lo que amerita una mirada especial para considerar todas las variables implícitas. Estos procesos suelen ser complejos, y normalmente trascienden a los individuos y a los grupos, influyendo en cada uno de ellos. Dichas influencias son mutuas, muchas veces son imperceptibles, pudiendo surgir como consecuencia de las estructuras de estatus y poder, de las normas, las costumbres y los valores culturales compartidos, o de los medios y formas de comunicarnos, entre otros. Como tales, los procesos psicosociales, son entornos lábiles, evolutivos y críticos a los que deberemos prestar atención. En ellos se definen los modos de vinculación entre los participantes y se condicionan los efectos buscados.
Las intervenciones en procesos psicosociales deben incluir en su diseño, metodologías de abordajes puntuales y prácticas, pero que permitan incluir las variables en juego. En nuestro artículo de hoy, nos concentraremos en la concepción del “tiempo” como variable objetiva, pero también subjetiva de los procesos psicosociales.
“El tiempo” en la mesa de diseño de los procesos
Cada vez que nos proponemos apoyar un cambio o animar socialmente una transformación, fijamos de manera consciente, o no, coordenadas espacio-temporales. Organizamos acciones definidas a ese espacio y tiempo dado que solo así podremos evaluar donde y cuando se ponen en evidencia los resultados de nuestro esfuerzo. Un modo lógico para ubicar y dar sentido a los indicadores de resultados que definamos. Y en este derrotero, la variable “tiempo” suele “colarse en el partido” desde su dimensión solo cuantitativa: horas, días, meses, etc.
Valorizamos el tiempo con la ilusión de poder controlarlo. Y muchas veces como si su medida pudiese controlarse desde un dispositivo de manera uniforme para todos los actores, momentos y entornos donde se desplegará. Expresiones tales como “lo vamos viendo en la marcha”, “respetemos el cronograma de actividades”, “la gente definirá cuanto dure” no son más que expresiones que dan cuenta de nuestra necesidad en relación con el dominio de los tiempos desde la mirada cuantitativa. Y hablamos de él, como quien tiene la ilusión de controlarlo.
Preferimos ignorar que nadie puede controlarlo, o incluso reconocer que, en paralelo, pueden coexistir “muchos tiempos” diferentes. Tantos como personas, estados y situaciones se presenten en la estrategia de cambio que diseñamos. Así nos podemos encontrar con “el tiempo del político” que aporta el apoyo necesario para la propuesta. También “el tiempo del equipo de gestión”, que será distinto, porque estará preocupado por encajar las piezas del puzle que ha diseñado poniendo en juego su prestigio profesional, o el “tiempo del organismo financiero” que debe rendir cuenta de sus decisiones de apoyo a los capitalistas que lo sostienen, o el “tiempo de los actores” del proceso que deben modificar sus estrategias de vida en función de la propuesta. Cada uno, a su vez, entendiendo sus tiempos en un entorno fluido y evolutivo como la vida misma. Porque sabemos que nuestro tiempo es finito pero lo que lo define es cómo lo vivimos.
Así y todo, a pesar de que cuando lo pensamos nos resulte lógica la “relatividad subjetiva del tiempo” …los formularios de proyectos y las instituciones siguen haciendo culto de la dimensión objetiva del tiempo que mide el reloj. Y en esas condiciones, muchas veces nos rendimos al designio… aunque a poco de iniciado el proceso, con más pena que satisfacción, daremos cuenta del impacto que tiene la variable tiempo en la estrategia.
Pero no todo está perdido. Cada uno de nosotros puede hacer algo al respecto, y aquí viene la propuesta de acción que tendrá un costo: tu tiempo durante el diseño.
Una mirada alternativa y complementaria para considerar el tiempo
Si el sentido del tiempo depende de cómo lo vivimos, si reconocemos que existirán muchas formas de valoración subjetiva del tiempo, si entendemos incluso que dichas formas son lábiles y evolutivas durante el proceso, hacia allí deberemos mover la mirada del tiempo para el diseño y la ejecución de nuestros proyectos de asistencia técnica o extensión para la innovación o el desarrollo.
El tiempo define y atraviesa todo lo que hacemos. Y es desde esta afirmación que proponemos que juegue “un papel central en la mesa de diseño de las estrategias para el cambio”. Pero no solo desde su dimensión cuantitativa (horas, días, semanas, etc.) sino, y especialmente, desde su dimensión subjetiva en función de los actores participantes. Mediante una secuencia de prioridades inversa al orden lineal con el que normalmente se plantean los diseños.
En primer lugar, debemos reconocer que, en nuestros diseños, participarán “tantos tiempos” como actores del proceso estén involucrados. Y que la percepción subjetiva del tiempo irá migrando en el propio proceso en cada participante. Estas condiciones reflejan la complejidad del tema y apoya lo dicho… “no podemos dominar el tiempo” …pero si podemos amoldar nuestros diseños a la evolución que el mismo adquiere para cada participante. Una tarea que implica mucha “cintura” y pocas “rigideces”.
¿Ahora bien, sobre cuál de los actores de la línea de incidencia de la propuesta montar la mirada?
Intentaré expresar una propuesta basado en la concepción de La orientación a los efectos (para comprender mejor lo que sigue, sugiero leer primero el texto propuesto en el enlace).
Te propongo aceptar el ejercicio mental de pensar a los actores del proyecto que diseñas, en situación de dependencia mutua para el cometido, pero vinculados entre si como los componentes de una Muñeca Rusa (Matrioshka). Una dentro de otra, y ésta dentro de otras…
Según esta “licencia” o “metáfora”, si consideramos la percepción del tiempo necesario para que los cambios que se proponen no dejen a dichos actores en situación de vulnerabilidad, habrá actores que contengan a otros, y en contraposición otros actores que están contenidos. La pregunta será entonces ¿Cuál es el actor que contiene a los demás en el proyecto? Y, por tanto, el que define la condición de apreciación subjetiva del tiempo para todo el proyecto, condicionando la apreciación de los demás actores.
Si aceptamos la orientación a los efectos como una estrategia superadora para lograr un diseño de proyecto con alta atribución de cambio, “creo” que la figura incluyente en la definición de los tiempos debe ser el “beneficiario directo”. Es decir, aquel actor por el cual se podrán en marcha los demás actores integrantes de la propuesta (ej: técnicos ejecutores del proyecto, organismos o instituciones financiadoras de la propuesta, políticos que respaldan el cambio, etc.).
Lejos de aparecer como una postura “romántica”, la propuesta de considerar los tiempos del proyecto, en función de la percepción subjetiva (y evolutiva) del tiempo por parte de los beneficiarios directos, para no dejarlos en situación de vulnerabilidad, puede convertirse en un elemento central para el diseño y la negociación de los tiempos de los demás actores. El beneficiario directo es la “gran muñeca rusa” que contiene y condiciona la percepción de los tiempos en los demás actores.
Sugerencias para habilitar un debate de negociación de “los tiempos”
Echar mano de la empatía durante el diseño será un elemento clave. Porque el diseño organizacional es más apropiado cuando sus objetivos son una combinación de función y emoción. Algo que no siempre somos capaces de afrontar. El momento del diseño organizacional en un proyecto de asistencia técnica o extensión no suele ser un tema crítico. Tenemos la tendencia a usar lenguajes altamente aspiracionales que focalizan en las acciones, los productos y lo resultados, y mucho menos en los cambio o efectos desde la perspectiva de los actores involucrados. Generalmente no somos capaces de ver la oportunidad operativa que nos otorgaría un DiseñoOrganizacional Centrado en las Personas. Si el diseño conecta con el propósito, capacidades y tiempos de los participantes, la experiencia que se pondrá en marcha tendrá sentido para ellos. Pero, además, la propuesta deberá reducir las vulnerabilidades que se desatarán.
El análisis cruzado de la percepción subjetiva de los tiempos que demanden las acciones del proyecto puede convertirse en un espacio de negociación para los actores “contenidos” en la “matrioshka”.
Una secuencia operativa lógica podría ser:
Definir la situación problemática, los actores involucrados y las principales opciones técnicas que se propongan para el proyecto.
Consultar a un grupo representativo de potenciales beneficiarios directos del proyecto, para descubrir y componer la mirada subjetiva sobre la percepción del tiempo que ellos consideran que llevará el aprovechamiento de los productos del proyecto. Si se presenta mucha variabilidad, registrar las características de los subgrupos entre los consultados.
A la luz de los hallazgos, poner en debate con los demás actores involucrados, el cronograma de los tiempos de desarrollo necesario, que incluya y respete la visión subjetiva del tiempo expresada por los beneficiarios directos.
Revisar y adaptar los alcances u objetivos de la propuesta a la luz de los acuerdos de tiempos que contemplen la percepción subjetiva del mismo por parte de todos los actores del proceso.
De esta manera, la doble consideración del tiempo puede lograr que la revisión del diseño del proyecto, no genere más vulnerabilidades que beneficios para los actores directos. Adicionalmente podrá en la mesa donde se debate el "tiempo", a aquellos actores (organizaciones, políticos, financieros, etc.) que proponen oportunidades de acción, y diseñan dispositivos de registros para la competencia por recursos financieros, generalmente sin un real acercamiento a las percepciones de los beneficiarios.
En el mejor de los casos, el debate permitirá a estos últimos entender y revisar sus lógicas de manera de incluir la visión “subjetiva” del tiempo en sus nuevas propuestas de concursos de proyectos.
Fuente consultada:
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Gracias por el artículo! Cómo la subjetividad y la vulnerabilidad (y el teléfono je) rompen con los tiempos mensurables, como en un partido de baloncesto! Muy muy útil, muchas gracias