Hola! gracias por haberte sumado. Ya somos casi 60 participantes en tan solo una semana. Eso nos estimula mucho y también nos compromete a todos en el proceso. Gracias nuevamente!
Por las dudas no hayas visto el mensaje de LANZAMIENTO de esta comunidad aquí puedes leerlo. Te cuento que este espacio nace con la intensión de nutrir una primera comunidad de práctica para el aprendizaje en red sobre asistencia técnica y extensión rural en entornos virtuales. Y si no conoces de que se trata y como opera una comunidad de práctica para el aprendizaje aquí te dejo un texto que te ayudará a entender su lógica y sus dinámicas. Cada mes nos concentramos en un eje temático y cada semana realizamos un aporte para el mismo. Al finalizar cada mes organizaremos espacios de encuentros virtuales con los que quieran compartir el recorrido del mes y rescatar los aprendizajes significativos. Tu también puedes ser un “relator” de experiencias y aprendizajes en dicho tema. Solo tienes que proponerlo… Entonces vamos al tema de esta semana:
REDES y COMUNIDADES: el espíritu de la innovación.
Basado en: EL PODER DE LA INFORMACIÓN SE ESTÁ MUDANDO
Seguro alguna vez habrás escuchado esta frase: la información es poder. En la actualidad cada vez es más reducido el campo de juego para los cultores de esta “vieja” idea. Gracias al esfuerzo colaborativo y al desarrollo de las nuevas tecnologías, el poder de la información se está mudando. Abandona a los “sujetos” para alojarse en la “intersubjetividad”. Este alentador cambio impacta en los procesos de innovación invitándonos a renovar las capacidades y estrategias para la asistencia técnica y la extensión.
¡Cómo cambia el mundo! Recuerdo cuando creíamos que la información era poder y nos sentíamos privilegiados si podíamos atesorarla. Gran parte de las organizaciones sociales para el desarrollo se organizaron detrás de esta intención.
Hoy el mundo cambió diluyendo la fuerza de esta táctica de poder. Ahora nos resulta más atractivo sabernos partes en el intercambio, que especuladores celosos de información. La evolución que estamos teniendo como sociedad nos muestra más inteligentes si somos capaces de enriquecernos con el intercambio de información y la colaboración con otros. Porque aprendimos que al compartir también recibimos. Y porque nos dimos cuenta que el beneficio que se obtiene al recibir, es mucho mayor que la inversión que se requiere cuando damos. El balance es positivo.
Cada vez resulta más fácil ver cómo, al compartir algún tema en cualquiera de los instrumentos que hoy nos facilitan el enredamiento, las devoluciones que recibimos nos abren nuevas ventanas alternativas para la acción. Es evidente que nos estamos volviendo más colaboradores. La cooperación, la acción colectiva y la interdependencia están cobrando nuevas fuerzas en nuestra sociedad.
Estas situaciones que antes solo ocurrían en el ámbito de la familia o de las amistades, hoy expanden sus fronteras de acción. Cada vez más el uso de las redes sociales virtuales se mete en nuestra agenda diaria para compartir. Actuamos en ellas posicionándonos con diferentes perfiles: productores, consumidores, prosumidores, conectores, boomerangs, etc. Nos movilizan diferentes fuentes de energías, muchas de ellas emocionales: esperanza, altruismo, ambición, orgullo, amor, etc.
Esta expansión y revalorización de los entornos colaborativos en nuestra sociedad, hace que también deban evolucionar las formas en que nos organizamos para propiciar innovaciones. Si el poder de la información ahora se ubica en la intersubjetividad, será pertinente entonces reconocer y capitalizar a las redes sociales como los sistemas que alimentan de energía a los procesos de innovación.
Los que trabajamos en asistencia técnica o extensión también debemos estar atentos frente a estos cambios para sintonizar nuestras estrategias y aportes. El concepto de organización social para la innovación acrecienta su sentido en nuestros días a la luz de las nuevas tecnologías que facilitan el enredamiento.
Te invito a poner en marcha el proceso de intercambio de experiencias y aprendizajes sobre el tema. ¿Te sumas?
Preguntas:
Algunas preguntas pueden ayudarnos frente a este desafío. Si la innovación es un proceso que ocurre como producto de una organización social que se teje o entrelaza en la búsqueda de alternativas de solución a problemas, y la información ahora se aloja en la intersubjetividad que contiene esa misma red:
¿Qué cambia en nuestra tarea?
¿Cuáles son las capacidades que necesitamos para propiciar innovaciones?
¿Cuál debe ser nuestro papel para la asistencia técnica y la extensión?
¿Qué conversaciones hacen falta activar para lograr los resultados buscados?
Actividades:
Un interesante ejercicio personal es hacer un mapa de actores con los que te vinculas, por ejemplo, para dos actividades de tu vida (puede ser una laboral y otra particular) y proceder a compararlos en cantidad, frecuencia de contactos, diversidad, etc. reflexionando sobre el porqué de las diferencias o similitudes. Poder identificar y caracterizar las redes de contactos es paso inicial y efectivo para tomar decisiones que potencien los procesos de innovación.
Reflexiones:
🚀 Nadie llega más allá de lo que sus relaciones le permiten.
Si descubrimos el camino para vincularnos con otras redes, nuestro horizonte de apoyo a la innovación se hace infinito. El secreto es descubrir cuales son las conversaciones que nos están haciendo falta para aumentar esas sinapsis.
¿Has tenido alguna experiencia o idea que ayude a habilitar esas conversaciones faltantes?
Tu puedes hacer mucho por esta idea si estás de acuerdo con ella…comparte el enlace e invita a contactos que creas que pueden estar interesados en esta comunidad … y por supuesto…USA CON CONFIANZA EL ESPACIO DE COMENTARIOS AQUÍ DEBAJO…será muy grato comenzar los intercambios que alimenten un encuentro virtual sobre este tema a fin de este mes.
Hola Maria, me siento muy identificada con tu comentario y me pareció muy interesante. Esta idea de "valores verdaderamente integrados en la cultura organizacional/institucional y en los individuos" es central y un tema poco abordado en las instituciones publicas sobre todo. También ¿Como abordamos estos aspectos emocionales y afectivos, estos vinculos "rotos" o desgastados, producto de historias y experiencias previas de las personas que generan resistencias e impedimentos reales al trabajo colaborativo y en red? Hoy es una enorme tarea que tenemos quienes trabajamos con grupos, que nos demanda el mayor tiempo, pero a la vez esta tarea está poco visibilizada y "reconocida", y en la mayoría de los casos no contamos con muchas herramientas institucionales y/o personales para trabajarlas.
Muy de acuerdo, creo que este nuevo contexto nos confirma la necesidad de escucharnos, conocernos, establecer canales para la escucha, sobre todo en sociedades multiculturales, donde no existe una sola forma de comprender el mundo y por lo tanto, no existe una unica solución, así que me gusta el reto.