8 Comentarios

En cuanto al modelo de facilitación me gustan los dos, creo que es buena la combinación de lo libre y lo guiado, nos permite ser creativos y escuchar diferentes miradas pero luego hace falta ordenar o guiar el camino.

El modelo libre permite que exista mayor participación, pero también favorece a aquellos que suelen participar más, que son más extrovertidos, tal vez en detrimento de los que son más tímidos o reprimidos.

Lo ideal sería poder llegar a una visión caordica, creo que es como un bucle de orden, desorden continuo y que esto refleja que lo organización esta viva...me generan dudas si todos los miembros de la organización/proyecto pueden visualizar que este desorden es parte del crecimiento y empoderamiento y no es algo negativo.

Se suele juzgar que existe una mala conducción cuando no se visualiza un facilitador guía con un perfil más libre. Gracias por hacernos pensar

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Gracias a vos Silvina por tu aporte!. Creo que la duda que planteas sobre cómo se visualiza "el desorden" en una organización ameritaría una puesta en común en esa organización/grupo. Una reflexión compartida sobre el tema puede ayudar al encuentro.

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Tal cual, Silvina, muy buena tu síntesis, me lleva a reflexionar sobre la importancia de las percepciones subjetivas. Gracias

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Creo que el híbrido puede ser el más participativo.La libre expresión en el inicio nos da información de saber en qué "cancha" estamos jugando y cómo de desempeñan los jugadores(liderazgos,permeabiidad a la innovación,etc.) El siguiente paso,sin ser abrupto,es ordenar para buscar coincidencias o diferencias y definir objetivos. Ahí comienza realmente el rol del facilitador,haciendo que las cosas pasen.

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coincido Gustavo, la plasticidad del facilitador y de sus estrategias, tácticas y planificaciones es esencial: registrar lo que pasa y actuar...

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Creo que los facilitadores tienen que ser multiprofesionales: arquitectos, pilotos, gestores, entrenadores, orientadores, psicólogos sociales, magos, etc... según los grupos, las circunstancias, los tiempos del proceso. Pero creo que siempre deben mantener como caracrerísticas esenciales: la observación, el registro detallado, la capacidad de alerta en todos sus sentidos (mirada, escucha, sensación, olfato, gusto).

Como humilde aporte a este debate sobre los facilitadores comparto algunos fragmentos de un texto que se publicará a fines de junio sobre la producción del Foro Co-Transformar y se lanzará en Chile y después en diferentes puntos y ámbitos.

Facilitadores de resiliencia.

Para activar o articular un proceso de resiliencia se necesita de un “impulso” que ayude a la persona a despertar esta capacidad, así el entorno en el cual se desenvuelve la persona tiene un rol primordial en determinar los recursos que son reconocidos como factores facilitadores de la resiliencia (Masten y Cicchetti 2010; Ungar, 2012). En esta misma línea, Cyrulnik (2012) considera la vergüenza y el aislamiento social como límites para la resiliencia; mientras que Suárez Ojeda desde la perspectiva de la resiliencia comunitaria identifica como antipilares de la resiliencia el malinchismo, fatalismo, corrupción y autoritarismos. Todos estos elementos apuntan a un quiebre entre la persona y su entorno, impidiendo la generación de procesos de resiliencia.

Por lo tanto, de la evidente relación entre el individuo y su entorno, nace el concepto de Tutor o Facilitador de resiliencia (Cyrulnik 2003; Lecomte 2005; Castelli 2015, Rubio y Puig 2015; Hurtubia 2019).

Como figura esencial en el desarrollo humano, la resiliencia RSC SXXI destaca a estos vínculos positivos con los otros, que pasan a ser significativos: los "otros significativos" se pueden convertir en tutores de resiliencia. Todas las anteriores conceptualizaciones del constructo de la resiliencia destacaron como esencial a esta figura.

El término Tutor de resiliencia fue acuñado por Cyrulnik para definir una persona, lugar, acontecimiento, animal u objeto que provoca un renacer del desarrollo después de acontecimiento potencialmente traumático (Cyrulnik 2003, 2005, 2009). Generalmente se trata de una persona que encuentra a otra y que asume para esta, un punto de cambio, un viraje de su existencia.

No se trata necesariamente de un profesional, a veces un encuentro significativo puede ser suficiente, motivo por el cual Salguero y Cyrulnik identifican dos categorías de Tutores o Facilitadores:

Tutores implícitos: personas o elementos del entorno cotidiano, a quien el sujeto se orienta en busca de apoyo, nacen del entorno familiar, social y cultural. No tienen una formación específica ni tampoco son conscientes de su rol.

Tutores explícitos: personas que deciden crear un vínculo de apoyo y acompañamiento con quien vive una situación de adversidad. Guían en el proceso de resiliencia a través de una relación de ayuda horizontal, convirtiéndose en un pilar que entrega confianza y estimula la independencia, sin la certeza que sus acciones necesariamente serán transformadoras a favor de la resiliencia. Un tutor o facilitador explícito generalmente elige una profesión o un trabajo de ayuda a otro, por ejemplo: educadores, psicólogos, asistentes sociales, enfermeras, doctores, etc.

En la RSC SXXI el facilitador de resiliencia tiene básicamente la misma caracterización, con la descripción de sus tres condiciones esenciales: presencia, amor incondicional y plasticidad, tan bien definidas en el modelo clásico de la resiliencia.

Sólo se agrega una nueva característica que toma una relevancia mayor: diálogo empático, para darle más énfasis a la interacción como recurso promotor y sostén de resiliencia. Y destacando que estas figuras pueden ser personas "humanas" y "no humanas", incluyendo por ejemplo a las figuras de las mascotas como fuentes de amor y resiliencia.

Por supuesto, esa explicación aporta una mirada interesante, sobre todo acerca de los segundos: los implícitos, que en nuevas definiciones se pueden ampliar con más amplitud. Como facilitadores de resiliencia / tutores de resiliencia implícitos, sería pertinente incluir a los animales, con quienes los humanos tuvieron y tienen un vínculo, hoy muy especial. Ya sean los animales domésticos (mascotas o animales de familia) como los incorporados en distintas tareas profesionales: diferentes actividades asistidas con animales y coordinadas por especialistas: intervenciones (IAA), ya sean terapias (TACA/TAA), actividades (AAA) en general o en educación (EAA), que ya ocupan un lugar muy importante en las Ciencias Humanas, específicamente en las Ciencias de la Salud.

Este vínculo humano animal es abordado por una disciplina de la Ciencia: la Antrozoología, que desde una perspectiva multi e interdisciplinar estudia las interacciones Humano-Animal, delineando puentes teóricos entre diferentes ciencias y disciplinas. Es creciente el reconocimiento académico de esta ciencia conforme a los avances científicos y sus posibilidades de aplicación empírica, en España y Latinoamérica, impactando en la comunidad científica con el desarrollo de investigaciones que acreditan los beneficios que genera la Interacción Humano-Animal en diversos campos, ámbitos y áreas de la vida humana.

https://espacioresilienciaecosistemica.blogspot.com/2020/07/foro-co-transformar.html

https://espacioresilienciaecosistemica.blogspot.com/2020/03/re-evolucionar-en-tiempos-pandemicos.html

https://espacioresilienciaecosistemica.blogspot.com/2020/12/resiliar-en-tiempos-complejos-e.html

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Que interesante toda esta info y enlaces María! Tambien muy interesante la idea de el "sujeto" y su "entorno" para entender y repensar lo que proponemos como acciones de desarrollo. Creo que si la comunidad no dice lo contrario, necesitaremos de tu ayuda para profundizar un poca las bases del concepto de "resiliencia" que tan bien dominas. TE animas a ayudarnos con este tema en nuestro proximo encuentro sincrónico? (te escribo por provado para coordinar)

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Muchas gracias... seguro, cuenten conmigo. Un saludo a todos...

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